
El aprendizaje que todos los docentes deseamos poder medir en nuestros alumnos, el aquel que le dé una formación inteligente y con ética para servir, no es un aprendizaje trivial, por lo que un examen final con preguntas simples sobre contenidos cualesquiera, de ninguna manera estará evaluando el aprendizaje, puesto que al aprender el alumno se transforma y opta por una forma concreta de apropiarse de la realidad, de manera que una simple prueba objetiva no la considero que constituya propiamente una verdadera evaluación del aprendizaje significativo, ni aún del aprendizaje situado en su realidad.
Por lo cual yo sugiero que el aprendizaje sea medible mediante la aplicación de un instrumento, en el cual se puedan observar no solo conocimientos, sino habilidades valores y actitudes como la construcción de PBL y proyectos donde el estudiante pone en práctica diferentes esquemas de percepción, de pensamiento, de acción, que le sirven de base para hacer inferencias, analogías, cálculo de probabilidades, toma de decisiones, etc. Es decir desarrolle una serie de competencias.